Fernando Mora, primer Master of Wine aragonés
- 15/10/2020
- Publicado por: AWEMaster
- Categoría: vino y talento
Fernando Mora, el primer Master of Wine aragonés comparte su visión y experiencias en el mundo del vino.
Sentir pasión por lo que uno hace, no te convierte en el mejor, sino en alguien que ama su trabajo. Si a esa pasión le añadimos estudio, esfuerzo, lucha, constancia y, sobre todo, convencimiento y tiempo, marcas la diferencia. Ese es el caso del zaragozano Fernando Mora, Master of Wine aragonés y gran apasionado del terroir y de los vinos y las técnicas de viticultura de las distintas zonas del planeta, aunque, como bien dice: «siempre he sido un enamorado de Aragón y cuando empecé a conocer nuestros viñedos de la zona, las historias de la gente y las bodegas, todavía tuve más ganas de quedarme».
Mora, ha viajado por todo el mundo ensalzando nuestros vinos y lleva la garnacha por bandera: «tenemos que estar orgullosos de los vinos de Aragón por varias razones. Cuando uno hace algo y lo hace bien, tiene que estar satisfecho de ello, porque en torno al vino, por ejemplo, conseguimos que se fije población en el territorio. Es decir, todo lo que sea bien agroalimentario hace que la gente no se vaya y se genere empleo y valor. Logramos que el campo y el monte no se quede yermo y se abandonen. Y, sobre todo, debemos de estar muy orgullosos de todas esas generaciones que, durante largas épocas, han invertido tiempo y dinero en crear una industria vinícola, que nosotros podemos aprovechar y continuar. Los vinos de Aragón son un conjunto de tierras, personas y tradición».
Su tesón e interés por saberlo todo sobre lo vinícola, le llevó a sacarse, en tan solo tres años, el preciado título de Master of Wine que solo poseen 380 personas en todo el mundo: cinco están en España y dos ellos hacen vino en Aragón. Sin dudarlo. cambió de la noche a la mañana la ingeniería por el amplio conocimiento y la libertad que le daban la tierra y la vid.
Mora reconoce que ha pasado, en los últimos cinco años, muchas semanas fuera de casa. «En 2016 estuve 35 semanas alejado de mi casa, bien por estudiar el Master of Wine o por vender los vinos. Sinceramente, el cómo acogen el vino aragonés depende mucho de los mercados. Aragón es muy conocida por los vinos de gama media o de entrada, porque tenemos muy buena fruta para esas calidades. Nos cuesta muy poco elaborar buenas uvas y lograr vinos de gama media, pero en cuanto subimos hacia gama alta somos todavía desconocidos. Ha habido proyectos como Alto Moncayo que han obtenido mucho reconocimiento, pero eso es una excepción. La realidad es que en muchos países España, Rioja, Cava, Jerez y tempranillo son las palabras que ellos conocen. Y últimamente también se puede sumar la garnacha, pero de ahí a que comprendan lo que realmente se produce en Aragón hay un amplio recorrido».
PROYECTOS CON SELLO ARAGONÉS
Su primer proyecto fue Latidos de Vino, que lanzó junto a sus amigos Aitor Ágreda, Gonzalo Valero, el enólogo Mario López y el abogado internacional Francisco Latasa. «Lo llegamos a presentar incluso en Manhattan. Fue un gran aprendizaje», advierte Mora. «Trabajábamos en lagares subterráneos de cemento, un depósito grande de inoxidable o dos y una embotelladora manual de botella a botella. Lanzamos el vino a un precio que competía con grandes bodegas, entonces nos dimos cuenta de que era imposible. Así que cogimos una de las viñas más viejas con las que trabajaba la familia de Mario, la vinificamos por separado en barricas sin tapa y con esto conseguimos un vino al que llamamos Frontonio», recuerda el Master of Wine, quien cuenta que el nombre les ayudó a elegirlo el sumiller Jesús Solanas, otro talento singular con el que contamos en Aragón.
«Solanas nos contó la leyenda de que Frontonio era un mártir al que le cortaron la cabeza y esta se encontró río arriba en vez de río abajo. Entonces decidimos llamarnos así porque nosotros siempre vamos a contracorriente», asegura Mora.
Frontonio ha sido el primer vino que consiguieron incorporar en la carta de un restaurante con dos estrellas Michelin: Mugaritz, gracias a Guillermo Cruz, uno de los mejores sumilleres de España y también joven talento aragonés, que pone en valor Aragón por el mundo.
«Este vino valía cinco, seis o siete veces más que el vino que vendíamos hasta el momento. Entonces, descubrimos que existía un mercado pequeño, duro y difícil en el que se podían hacer cosas de valor y posicionarlas en el mercado y estar orgullosos de hacerlo. Porque este vino lo elaboramos en una barrica sin tapa, metiendo las uvas dentro, haciéndolo de una manera diferente a la que estábamos acostumbrados», indica Mora.
Uno de los secretos del éxito del equipo formado por Fernando Mora, Mario López y Francisco Latasa ha sido aprender de muchas técnicas y herramientas de fuera para luego ponerlas en práctica en sus proyectos de Aragón. «Hemos llegado a pisar a pie unos 10 000 kilos y he estado en el 80% de las zonas vinícolas del mundo. El estudio y el trabajo siempre han ido muy de la mano. El barro, el cemento, la madera y el inoxidable son herramientas, así que tú tienes que conocer qué uvas y qué vino tienes para saber dónde lo tienes que colocar para sacar su máximo rendimiento. El vino no es un ser vivo, pero nosotros lo trabajamos como tal, ya que lo que necesita es respirar», constata.
LA ESENCIA DE ARAGÓN
Mora cuenta como en 1898, la gente pudiente plantaba en las partes bajas de las laderas y los más pobres en las partes altas, porque eran las que estaban sin cultivar por su dificultad. En las tierras pobres solo se podía plantar la viña, el olivo y el almendro. Entonces, según relata, Valdejalón era la zona vinícola de Aragón donde más uvas se producían. «La gente plantaba aquí porque sabían que era el mejor sitio: los suelos pobres con las exposiciones más difíciles». De estos parajes nace uno de los proyectos emblemáticos de Mora, López y Latasa: el Jardín de las Iguales, ubicado en la localidad zaragozana de Alpartir, donde los viñedos centenarios de garnacha y macabeo conviven en terrenos precámbricos con pizarras singulares. «De aquí surgen dos vinos: uno blanco elaborado con macabeo y uno tinto elaborado con garnacha y otras variedades plantadas. Son vinos muy especiales que van dirigidos a un público muy exclusivo y tenemos la gran suerte de que la guía más importante de vinos del mundo, la de Robert Parker, los ha puntuado, en su última edición, con 96 puntos, lo que significa que son los vinos mejor puntuados de nuestra tierra y para nosotros esto es un auténtico orgullo», cuenta Mora.
Fernando Mora dice que la excepcionalidad de estos vinos es que cuando uno huele una garnacha que ha crecido en el Jardín de las Iguales siente un vino más etéreo, más enérgico, con más notas a hoja de té, tomillo y flores, con mucho menos color y en el que la madera casi no se nota.
Para ellos, es uno de esos pequeños viñedos que merece la pena conocer y se sienten orgullosos de poder recuperar la tradición de este valle. «Nosotros miramos hacia atrás para tirar hacia adelante, por eso elaboramos los vinos de manera tradicional como se hacían antes, pero con el conocimiento que hoy tenemos. Este viñedo son 11 hectáreas, pero para los Jardines solo se usan 1,7 hectáreas y para la añada de 2018, que es la que sale ahora al mercado, hemos producido 1000 botellas de vino blanco y 587 del tinto. Son producciones pequeñas que vendemos por cupos y que van destinadas a diferentes países. Además, los hemos posicionado en los mejores restaurantes del mundo como el Celler de Can Roca, Martín Berasategui, ABaC o Tickets, entre otros», concluye.
Si tuviera que elaborar vinos fuera de Aragón, Mora reconoce que le encantaría hacerlo en Borgoña, Piamonte, Ribera Sacra, el Douro o el Priorat. «Borgoña es la zona que para mí hace los vinos más elegantes del mundo. A veces son incomprendidos porque tienen poco color, poco alcohol, pero menos es más. Y en cuanto a los demás, son zonas de montaña con laderas, muros secos, terrazas, que son partes de los elementos que a mí me fascinan del vino», ha respondido.
Aragón se siente en la red. Fernando Mora es un «influencer» del vino también en las redes sociales. Sus directos en Instagram durante el confinamiento se han convertido en punto de encuentro de miles de profesionales y aficionados del sector, procedentes de todos los continentes, que diariamente han conversado con él compartiendo sus experiencias y generando interesantes debates sobre la cultura del vino en el mundo.
En la actualidad, Mora imprime su huella en Aragón, a través de tres proyectos diferentes: Frontonio, Cuevas de Arom y el Jardín de las Iguales, con vinos elaborados en varias zonas vitivinícolas de prestigio de nuestra región como: Valdejalón, Calatayud o Campo de Borja. Desde Aragón Alimentos, le deseamos que siga cosechando éxitos y poniendo en valor Aragón como tierra de vino y talento.