Podar: respetar, entender y cuidar el viñedo
- 01/03/2021
- Publicado por: Susana Escobar Luqui
- Categoría: vino y talento
La poda de invierno es una de las labores más importantes para el viñedo; requiere respeto, precisión y conocimiento de la planta, puesto que es una medida agresiva. Ésta regula el rendimiento, garantiza una vida más saludable de la vid y define muchos aspectos de la nueva campaña.
Durante el invierno, las vides experimentan un periodo de parada vegetativa, es decir, la savia deja de circular en su interior. Es en este letargo cuando se recomienda realizar la poda más intensa, ya que la planta sufre menos y su recuperación es más sencilla.
La campaña de poda comienza en noviembre, una vez que han caído las hojas y se extiende hasta marzo. Se suele empezar por variedades de maduración más tardía y terminar con las variedades de maduración temprana.
- La poda temprana se da de noviembre a enero y se caracteriza por una pronta e irregular brotación y por una disminución significativa de la producción.
- La poda tardía tiene lugar de febrero a marzo lo que supone un retraso de la brotación. Se recomienda hacerla en zonas frías donde haya riesgo de heladas y en plantas jóvenes.
También podemos hacer una diferenciación en el tipo de poda, dependiendo de los objetivos que queremos conseguir: la poda de plantación, la de formación, la de producción, la de rejuvenecimiento y podas por causas climatológicas o fúngicas.
Tras la poda, para proteger a la planta de hongos y otras enfermedades es recomendable aplicar productos oxidantes.
“El arte de aprender a alargar la vida de las vides y su productividad”
¿Sabías que…?
- Es preferible podar en días secos. Con la humedad es más fácil que las vides contraigan enfermedades de la madera u hongos.
- Durante la poda se elimina el 85%-90% de la madera del año anterior.
- Una vid sin podar produce gran cantidad de uvas pequeñas y ácidas.
- Los árabes fueron los precursores de la poda de la vid. Tras la vendimia, cabras y caballos rondaban las plantas comiéndose el follaje y los sarmientos. Tras estas acciones, observaron que en las siguientes campañas las vides presentaban más racimos y bayas más grandes
Quien en marzo no poda la viña, ¡pierde la vendimia!
A finales de este mes, dependiendo de las condiciones meteorológicas, la localización y el estado de los viñedos, la vid empieza a despertar del invierno y aparecen los primeros brotes o yemas. Así pues, con la llegada de la primavera la vid entra en el estado de floración y de ahí el refrán: “quien en marzo no poda la viña, ¡pierde la vendimia!”.